Agenda para el Desarrollo Después del 2015
Han supuesto un hito en el desarrollo global
desde su concepción en el año 2000. Sin perder de vista el futuro progreso de
los ODM, ha llegado el momento de hacer énfasis en la reflexión sobre los programas
para el desarrollo mundial más allá del 2015.
La agenda para la educación después de 2015 debe
abordar de manera efectiva las barreras persistentes que dificultan la
educación y el aprendizaje, así como los retos mundiales nuevos y emergentes a
los que nos enfrentamos ahora.
Antes,
durante el proceso del Grupo de Trabajo Abierto, preocupaba seriamente el hecho
de que la educación pudiera no aparecer como objetivo independiente o que se
repitiera lo ocurrido en el año 2000, cuando el ámbito de actuación de la
agenda internacional para la educación no llegó a colmar las ambiciones y el
enfoque holístico que había establecido la comunidad educativa.
En
abril del año 2000, las naciones del mundo se reunieron en Dakar con motivo del
Foro Mundial sobre la Educación y aprobaron seis objetivos de Educación para
Todos. Los Estados Miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a
1)
extender la protección y educación de la primera infancia,
2)
universalizar la enseñanza primaria,
3)
mejorar el acceso a los programas de preparación para la vida activa,
4)
aumentar en un 50% la alfabetización de adultos,
5)
lograr la igualdad entre los géneros,
6) mejorar la calidad de la educación.
Unos
pocos meses después, se establecieron ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM) en las Naciones Unidas. Entre los ODM destacaban el acceso universal a la
enseñanza primaria (segundo ODM) y una meta sobre paridad de los géneros en la
educación, como parte del objetivo sobre igualdad de género y empoderamiento de
la mujer (tercer ODM).
La
UNESCO, en su calidad de organismo de las Naciones Unidas especializado en la
educación, defiende la convicción de que la educación es un derecho humano
fundamental indisolublemente ligado al ejercicio de otros derechos. Por lo
tanto, es un bien público para todas las personas y el fundamento para que los
seres humanos se realicen como tales y para lograr la paz, el desarrollo
sostenible, la igualdad de género y la ciudadanía mundial responsable. La educación, como agente catalizador del
desarrollo, contribuye de manera decisiva a reducir la desigualdad y la
pobreza; y el pleno acceso a la educación de calidad a todos los niveles es una
condición esencial para acelerar los avances hacia la consecución de otros
objetivos de desarrollo sostenible. En otras palabras, el desarrollo sostenible
empieza con la educación.
La
difícil situación de estos cientos de millones de niños, adolescentes y adultos
que se han visto privados de su derecho a la educación no puede descuidarse ni
olvidarse. La agenda para la educación después de 2015 debe abordar de manera
efectiva las barreras persistentes que dificultan la educación y el
aprendizaje, así como los retos mundiales nuevos y emergentes a los que nos
enfrentamos ahora.
Las
crisis mundiales amenazan con revertir los avances y socavar los logros
futuros. Asistimos a un aumento de la degradación ambiental, una
intensificación de los efectos del cambio climático, un empeoramiento de las
perspectivas laborales para los jóvenes, un creciente número de problemas en
materia de urbanización y migración y la prolongación de los conflictos
violentos y la recesión económica mundial. Es el momento de crear y configurar
los Objetivos de Desarrollo Sostenible que harán frente a estos problemas
candentes después de 2015.
La
UNESCO y sus asociados, tanto del sistema de las Naciones Unidas como ajenos a
él, son plenamente conscientes de que es indispensable crear sistemas
nacionales sólidos para prestar servicios educativos de calidad, inclusivos y equitativos
con eficacia, y por eso seguirán reforzando la cooperación técnica
internacional para apoyar a los países que más lo necesiten. La UNESCO también
continuará apoyando a los países para reforzar su capacidad de supervisión
nacional y dirigirá al mismo tiempo la coordinación y la vigilancia mundiales
de la aplicación del marco de la agenda para la educación después de 2015.
Aprovechando el Informe de seguimiento de la Educación para Todos, que se ha
publicado anualmente durante los últimos 12 años con el respaldo de los datos
facilitados por el Instituto de Estadística de la UNESCO, se llevará a cabo una
supervisión regular e independiente para dar seguimiento a los progresos a
nivel mundial.
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